miércoles, 13 de marzo de 2019

Distribución del aula.

Como dice el siguiente artículo, estudios demuestran que los alumnos pueden mejorar su aprendizaje hasta 25% si se optimizan las condiciones ambientales del aula -muebles, distribución, color, iluminación, temperatura y acústica-. Por ello, la distribución de los alumnos puede mejorar los niveles de concentración, aprendizaje cooperativo, disciplina, creatividad, socialización, participación, etc.
En relación al objetivo que persigamos, hemos de buscar la distribución más adecuada del aula. A continuación se comentarán distintas posibilidades para distribuir el aula.

Tradicional
Es el modelo clásico, una alineación cuadricular con filas y columnas, que estimula el trabajo individual y autodirigido. Centraliza la atención en el profesor como fuente principal de conocimiento. Es contraproducente si lo que se quiere es la interacción entre los estudiantes. Es el modelo más adecuado para las evaluaciones.

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Senatorial o herradura
Es una distribución que favorece la interacción y el debate entre los alumnos, pero con la posibilidad de atender a un punto central de exposición, cuestionamiento o proyección de recursos audiovisuales.

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Coloquio o seminario
Le permite al docente adentrarse como un miembro más del equipo, con un modelo de aprendizaje colaborativo, basado en el debate e intercambio de ideas que invitan a la reflexión, participación constante y método de diálogo socrático.
Cooperativo
Los alumnos, agrupados en equipos, se vuelven los protagonistas de su aprendizaje. Deben investigar, descubrir, compartir material y ejecutar en grupo y con autonomía. El profesor rota por cada uno de ellos como un elemento de apoyo y reconducción.  Favorece el autoconocimiento y desarrollo de competencias de liderazgo, distribución de tareas, creatividad, organización, etc.

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Otros modelos: por parejas (uno al lado de otro), compañeros (en pareja pero uno frente al otro), debate o bandos (dividir la clase en dos y alinear las mesas como en filas de bandos contrarios).

CINCO CLAVES A LA HORA DE REDISEÑAR EL AULA

En el caso de que quieras realizar una remodelación de tu aula, a continuación se exponen cinco claves, extraídas del siguiente artículo, que te serán de gran ayuda. Aunque también sería importante leerlo, aunque no pienses hacer ningún cambio en el aula, sería interesante leer y analizar tu propia aula y valorar si realmente se le está sacando todo el potencial posible.

Ajustar la distribución del espacio a las necesidades de aprendizaje. La distribución de las mesas y de los espacios comunes debe responder a las actividades que se van a desarrollar en el aula, a la diversidad de los alumnos y a las funciones que queremos que se desarrollen en cada área. Así, la disposición de las mesas será distinta si se va a trabajar por proyectos, se quiere plantear un debate o se va a resolver un problema.

Crear espacios interactivos. Es decir, espacios que fomenten el aprendizaje colaborativo y la interacción entre alumnos. Donde los estudiantes puedan reflexionar, debatir, aprender apoyándose entre ellos, y enriquecerse de esta socialización.

Potenciar el valor del aula como espacio didáctico. El aula tiene que ser un espacio que enseña. Debe facilitar la presentación y exposición de trabajos, fomentar que los alumnos compartan y difundan sus ideas de distintas maneras (visual, oral, escrita…), invitar a que manipulen distintos objetos de aprendizaje de manera autónoma (libros, microscopio, inventos o proyectos…) y posibilitar que tengan contacto con la naturaleza, mediante el cuidado de plantas o animales en el aula.

Crear un espacio cómodo y agradable, de todos y para todos. El aula tiene que ser un espacio acogedor e inclusivo, del que todos los alumnos se sientan partícipes y creadores. Debe ser un espacio vivo y en construcción, que facilite la atención a la diversidad, estimule la creatividad y potencie las múltiples inteligencias y habilidades de los alumnos.

Favorecer el uso de las TIC. El aula debe estar preparada y adaptada para el uso de las TIC, de modo que los alumnos puedan desarrollar fácilmente la competencia digital y llevar a cabo tareas como la búsqueda de información en la red, la visualización de videos y recursos interactivos, la elaboración de materiales digitales o la presentación de trabajos mediante diapositivas y otras herramientas 2.0.

La disposición de mi aula, por motivos de espacio, se dispone en dos filas de grupos de tres orientadas a la pizarra donde enfrente, escorada hacia una esquina se encuentra la mesa del profesor, de esta manera la atención está totalmente focalizada en el docente . Si nos atenemos a los expuesto anteriormente, el aula no está preparada en ningún sentido para la interacción con las tics y realmente no favorece el contacto con distintos tipos de materiales didácticos. Por otro lado esta disposición en filas de tres, favorece en cierto sentido la interacción entre el alumnado. Además, el aula está decorada, con todo tipo de material didáctico, en su mayoría elaborado por los propios alumnos, lo que crea un ambiente acogedor a la par que didáctico.

Finalmente, en mi opinión, la distribución del aula debe ir de la mano de una práctica docente apropiada, de nada sirve una distribución que favorezca el aprendizaje colaborativo, cuando se lleva a cabo un modelo de clase tradicional, donde predomina el trabajo individual e impera la ley del silencio. Además creo que una buena práctica docente, incluye distintas metodología, lo cual debe ir acompañado de un frecuente cambio en la distribución que se adapte a las necesidades puntuales.

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